DON CARLO (I)

I

DONDE SE NARRAN LOS SUCESOS QUE LE ACONTECIERON A EL CABALLERO EN SUS APOSENTOS Y LA ENORME DESDICHA QUE SE LE METIÓ EN EL PECHO

Oh, la piadosa alma de don Carlo, que se lamenta día y noche y que lo hace gemir de dolor en su torre. ¡Oh pecado! El demonio no le deja en paz, y su alma no deja de sangrar:

-¿Por que no sales de aquí y me dejas de atormentar?-pregunta don Carlo, mas no llega respuesta, y se prolongan los aullidos de su agonía-¡Por que no me dejas en paz! ¡Oh Lucifer! ¡Cuyos latigazos hieren mi pecho y dejan petrificada mi alma!

La desdicha era esta, y ya llevaba el rey cinco meses sin poder dormir, por lo que decretó que su hijo debería ser exorcizado por el papa de su reino, pues su primogénito aseguraba ver al demonio golpeándole en el pecho, y que era este quien le producía la eterna y sonámbula agonía.

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